top of page
  • Writer's pictureMelissa Ramírez Gómez

¿Hacer dieta o cambiar mi estilo de vida?

Todos sabemos que las dietas a largo plazo no funcionan y suelen tener efecto rebote, pero ¿por qué insistimos en hacerlas aún sabiendo que esos resultados "increíbles" no perdurarán en el tiempo? ¿Será necesario que cambiemos de enfoque y, en lugar de someternos a sacrificios cortoplacistas, cambiemos nuestro estilo de vida?

Estoy segura de que la mayoría de las personas hemos intentado hacer dieta por lo menos una vez en la vida y aunque en la mayoría de los casos, recuperamos el peso perdido e incluso ganamos algunos kilogramos de más, seguimos creyendo en aquellas promesas típicas de "baja 10 kg en 3 días" que pueden llegar a ser peligrosas para nuestra salud.


Cuando nos dicen la palabra dieta lo primero que se nos viene a la mente es un déficit calórico, comer menos, restricciones, etc. Sin embargo, dieta hace referencia a la forma en la que nos alimentamos habitualmente, pero socialmente nos acostumbramos a llamar dieta a esos esfuerzos que hacemos durante un periodo determinado de tiempo, usualmente corto, con un objetivo específico que suele ser, pérdida de peso. Existen millones de formas de hacer dieta; algunas restringen un macronutriente, otras priorizan su consumo, algunas otras son tan absurdas que limitan el consumo a menos de un tercio de las calorías que necesitamos para funcionar y muchas otras se vuelven comunes porque se ponen de moda.

La mayoría de dietas fallan, simplemente, porque no podemos adherirnos a ellas; son tan restrictivas que nuestro cerebro va acumulando las ganas de saciar nuestros instintos y al final, solemos tener atracones o volvemos a alimentarnos de la forma que lo hacíamos antes de iniciar. Actualmente, luego de toda la evidencia científica, sabemos que las dietas a largo plazo no funcionan y que algunas pueden tener efectos nefastos en nuestra salud.

El nuevo enfoque se trata de cambiar nuestro estilo de vida, no hacer dietas transitorias sino mejorar nuestra relación con la comida, tomar decisiones informadas acerca de los alimentos que consumimos, alimentarnos intuitivamente, seguir algunos consejos como limitar la cantidad de ultraprocesados, incrementar el consumo de frutas y verduras, evitar el azúcar añadida, incrementar nuestro consumo de fibra, etc.

Pero ¿realmente podemos cambiar nuestro estilo de vida? Personalmente tengo un historial bastante largo con este tema, pues a pesar de que cuento con mucha información, he leído libros al respecto, conozco los fundamentos de ciencia de alimentos y sé distinguir lo que se considera bueno o malo para mi salud, continúo tomando decisiones perjudiciales para mi salud. Esto, en gran medida, se debe a que le doy prioridad al placer de saciar mis antojos en el instante que surgen en lugar de analizar los efectos que traerá para mi organismo en el corto y mediano plazo.


El punto es que analizar la relación que tenemos con la comida es un buen punto de partida para empezar a cambiar nuestro estilo de vida. Informarnos de fuentes confiables acerca de lo que solemos consumir, sus ventajas y desventajas, probar nuevas cosas y evitar la cultura tóxica de dieta de las redes sociales. Reconocer que somos seres humanos y que la alimentación, más allá de ser la información biológica que le damos a nuestro organismo para funcionar, es parte de los placeres de la vida, de nuestra cultura y de nuestra felicidad.


Para terminar, te recomiendo que evites las dietas y prefieras empezar por tomar pequeñas decisiones repetitivas que tendrán grandes consecuencias a futuro.

33 views0 comments
bottom of page